Quise compartir este post en el blog porque en verdad muchas veces somos poco objetivos a la hora de razonar sobre las responsabilidades… Cada quien es dueño y por ende responsable, de sus acciones y de las consecuencias que éstas traen consigo…
Cuando estudiaba filosofía, a nivel elemental, recuerdo que un catedrático de filosofía me puso este problema:
Una mujer le es infiel a su marido aprovechando que éste se ha ido de viaje. Tiene remordimientos y decide ir a buscarle al aeropuerto, para contárselo. Pero para llegar hasta el aeropuerto ha de cruzar un bosque donde vive un asesino. Pide a su amante que le acompañe a cruzar el bosque, pero este se niega por despecho; pide ayuda a la policía pero estos se niegan, ya que tienen otros trabajos más importantes de los cuáles ocuparse. Así que la mujer cruza el bosque sola. El asesino la sorprende y la mata …
- ¿De quién es la culpa de su muerte, Rafa?
- De los tres –contesté-. Del amante por no haberla ayudado. De la policía por no cuidar del ciudadano. Y de la mujer por haber cruzado un bosque en el cual había un asesino.
- …No, Rafa… El único culpable, es el asesino…