Medianoche Tropical: Anhedonia

La anhedonia es la incapacidad para disfrutar de las cosas agradables y sentir placer. Algunas personas que padecen anhedonia son incapaces de experimentar placer y disfrute en ninguna circunstancia, mientras, en otros casos, el problema se reduce a aspectos concretos, como el apetito por la comida, las relaciones sexuales, las relaciones sociales o las actividades de ocio, situaciones que antes les resultaban placenteras.

De cualquier forma, existen grados, por lo que hay quienes sufren una incapacidad total de disfrutar y obtener placer y otros sólo un descenso en dicha capacidad. Por ejemplo, una madre con anhedonia no disfruta acariciando a su bebé; un adolescente no disfruta saliendo con sus amigos, una persona no disfruta de la compañía de su pareja incluso si la ama o un jugador de fútbol no está alegre cuando su equipo gana un partido.

La anhedonia no es en sí misma un síndrome o un trastorno, sino un síntoma que nos indica la existencia de ese trastorno. La ausencia de sentimientos placenteros es una situación anormal y nos lleva a pensar que la persona que la padece, sufre un trastorno de carácter grave.

Esta condición es uno de los indicadores más evidentes de la depresión, pero también se produce esta carencia en otros casos, como en los esquizofrénicos o en los alcohólicos y drogadictos durante el síndrome de abstinencia. Es importante decir que no implica agresividad aunque puede haberla. Se trata específicamente de la incapacidad para disfrutar. Así, una persona puede tener “buen carácter” e incluso estarse riendo; pero no disfrutar de sus actividades y no necesariamente es notorio a simple vista. Ni siquiera se trata de que la persona esté siempre triste o no porque puede ser parcial. Lo que si suele presentarse es un alto grado de apatía, falta de compromiso emocional, alejamiento, desinterés, desapego e incluso desamor. Aún así, no significa que la persona no sienta nada. La persona puede estar sintiendo rabia, dolor, tristeza y/o miedo.

En muchos momentos de nuestras vidas todos sufrimos una cierta incapacidad para disfrutar de las cosas. Cuando estamos tristes por alguna mala noticia o preocupados, estresados o irritados por cualquier circunstancia, nuestra capacidad de disfrute es prácticamente nula.

Por eso, para que a esta incapacidad la podamos considerar como un síntoma de un trastorno, ha de ser prolongada en el tiempo. No obstante ha de ser el médico psiquiatra el que debe considerar si nuestra incapacidad para disfrutar es normal o es el síntoma de una patología. En caso de situaciones muy traumáticas, esta situación puede extenderse por años y aún así ser reversible. y vale de mucho el apoyo de familia, amistades y todo aquel que de una u otra manera pueda mejorar la situación emocional del afectado

La causa de la aparición de la anhedonia desde un punto de vista fisiológico se debe a una alteración en nuestro cerebro que impide que se genere la dopamina, que es una sustancia química que se encuentra en el cerebro y que es la causante de las sensaciones placenteras. En situaciones depresivas o de un gran estrés o ansiedad, el cerebro se bloquea y es incapaz de generar esta sustancia. La depresión, la esquizofrenia y las drogas son las principales causantes de la anhedonia, sobre todo cuando esta es generalizada y afecta a todas las actividades de nuestra vida.

En psicología se han establecido dos tipos de cuestionarios para diagnosticar el grado de la anhedonia y sus causas, son las llamadas escalas de Chapman. Como hemos explicado anteriormente, la anhedonia no es en sí un trastorno, sino un síntoma, por esta razón la anhedonia no se puede tratar directamente, lo que se ha de tratar es el trastorno que ha originado a ese síntoma. Por ello, es muy importante hacer el diagnóstico de cual es la causa que la origina y actuar sobre esa causa.

Cuando la causa es una depresión, habrá que hacer un tratamiento específico para dicha enfermedad y sólo cuando esta mejore, la anhedonia empezará a remitir y el paciente volverá a tener ilusión y ganas de disfrutar.

Esto mismo se puede aplicar a cualquier otra causa. Por ejemplo, si el origen es la esquizofrenia o la drogadicción, habrá que hacer un tratamiento específico para cada caso y será cuando mejore el trastorno, cuando la anhedonia vaya remitiendo.

Cuando la anhedonia aparece, sea cual fuere la causa, por ejemplo, luego de un shock traumático, por ejemplo la pérdida de un familiar o un trauma personal fuerte, no solo se debe atacar la causa sino además y a la par, proveer de momentos satisfactorios la vida. Por ejemplo, hacer cosas divertidas al menos una vez al día, salir (encerrarse en casa solo incrementa la depresión), hacer actividades que ameriten concentración (incluso manualidades, estudios, lectura, ejercicios, asistir a conciertos clásicos o al cine), asistir a terapia que incluya atención psicológica integral; a fin de despejar la mente y relajarse. Levantar la autoestima. “Alimentar” el alma. En general esos tips deberían aplicarse siempre pero en el caso de la anhedonia, mucho más.

Vale decir que este problema puede sobrevenir luego de años de carencias afectivas. Por ello, para prevenir esta situación, es importante conformar hogares felices. Los niños maltratados, no amados o abandonados, pueden presentar esta situación siendo aún niños o bien de adultos. Los adultos sometidos a aislamiento, maltrato y humillación, también. Y es una situación que todos podemos padecer en algún momento de nuestras vidas y que en muchos casos, se puede superar. Es importante entender que no se debe auto-medicarse por depresión, hay que asistir al médico para el debido tratamiento. Y si es posible evitar la medicación, mucho mejor. Lo importante es superar el origen de esta condición.