Medianoche Tropical: El Sexting: Delito y abuso

Sexting, expresa la fusión entre el sexo y la pornografía en las plataformas digitales, principalmente teléfono, Internet y sus derivados (correos y webs incluidas) de las pantallas digitales, enviando a través de ellas fotografías o videos de contenido sexual de alto contenido erótico o incluso pornográfico.

Aunque las imágenes sean producidas voluntariamente, robadas, almacenas y/o enviadas consciente o inconscientemente por el propio protagonista o por otras personas, e incluso robadas o transmitidas al llegar a las pantallas anónimamente, es un abuso sexual de múltiples consecuencias tanto para la víctima, como para quien remite la información, para quien las recibe y quien las reenvía. Estas consecuencias son de tipo moral, social, e incluso legal, entre otras.

El sexting suele empezar queriendo ser una broma graciosa, inocente, atrevida y sin malicia para divertirse, pero termina casi siempre en una desgracia. Incluso puede llegar a los bancos de fotografías eróticas, que cada vez abundan más en el Internet, pues se dedican a recopilar, vender y difundir las imágenes pornográficas.

Participar en el sexting directa o indirectamente, con acciones u omisiones, produce en las victimas daños, sufrimientos, humillaciones y acoso sexual y emocional. Ser parte del sexting, sería hacer un grave daño a las personas

El sexting se considera delito como acoso, chantaje y hostigamiento privado, o mucho más grave, cuando el hostigamiento es público. Cuando el sexting se hace desde el teléfono celular, tiene mucho mas daño, pues al ser portátil, la imagen puede ser exhibida en cualquier lugar y momento y la potencial humillación, puede convertirse en permanente.

El sexting en noviazgos, matrimonios y divorcios

Las situaciones privadas realizadas y grabadas en la intimidad de los noviazgos o matrimonios, pueden ser un arma malévola cuando hay perversión, falta de moral y de respeto por parte de quien difunde las imágenes. Suelen ser usadas cuando hay roturas sentimentales o divorcios o bien por simple morbosismo unilateral, al exhibirse como arma de maltrato, venganza, despecho o chantaje.

El publicar intimidades de una persona no es un juego; de hecho, es muy grave si una de las partes implicadas, las pusiera en el ciberespacio públicamente o las enviara a terceras personas, especialmente sin el consentimiento y conocimiento del afectado, consiguiendo con ello producir una gran dolor o sufrimiento insostenible por las burlas, comentarios despectivos u otro tipo de agresiones sicológicas en la persona afectada. Es una gran humillación que además casi nunca tiene marcha atrás.

Una vez que una imagen es distribuida la primera vez, no hay ninguna garantía de que quien la reciba no la reenviará, por mucho que lo haya jurado. Y por otra, no hay garantía de que quien la envía inicialmente no lo siga haciendo ya que indudablemente, carece de moral y respeto hacia el afectado.

Las fotos, videos o mensajes que se ponen a circular por el teléfono o Internet, aunque sean anónimas o privadas, se convierten en públicas y pueden caer en manos de profesores, empresarios, novios, familiares, amigos, compañeros de estudio o trabajo, conocidos, entre otros, haciendo un mal irreparable en la fama, autoestima e imagen de las personas.

La exhibición de las fotografías bajo la característica de sexting están precedidas por la falta de respeto, el odio, la venganza, la frustración y el desengaño. El sexting en las victimas les produce humillación tanto privada como pública, ansiedad, depresión, traumas, pérdida de autoestima, sentimiento de abandono, sensación de haber sido burlada y usada, mala fama, ser victima de chantaje sexual, miedo constante a que las fotos salgan a la vista de conocidos o nuevas parejas, lo cual merma la capacidad para iniciar nuevas relaciones, entre muchas otras.

En el sexting, casi siempre se da el caso de quienes abusando de su posición, poder, confianza u otros elementos, deciden unilateralmente enviar las intimidades ajenas para su propio beneficio o satisfacción, pero en ningún momento reflexionan sobre esta acción que seguramente marcará al afectado. No se “ponen en sus zapatos” ya que en nada se interesan en la opinión del otro, mostrando así no solo su falta de respeto más básico sino el gran abuso del cual son capaces por su misma falta de moral y decencia.

La mayoría de los casos de sexting son perpetrados por hombres en contra de las mujeres, a quienes consciente o inconscientemente agreden de una manera directa y absoluta, arruinando y anulando en gran medida su vida y mermando su derecho a decidir sobre su intimidad. Cabe decir que el sexting es realizado por personas sin escrúpulos y sin sentido de honestidad alguno y el daño que ocasionan, es muchas veces perenne o irremediable.