sábado, 2 de enero de 2010

Procrear en familia

El deseo sexual como tal, no es más que una ínfima parte de nuestra condición humana, La parte más instintiva, tanto como comer o dormir.

Pero como humanos, le damos matices a esos instintos. El deseo cumple a cabalidad su función: Apareamiento. Pero cuando se acompaña además del amor, sentimiento que nos hace especiales, tiende a enfocarse hacia una necesidad animal básica que es la de procrear y una humana fundamental que es estabilizarse emocionalmente. Es decir, procrear en familia.

En esta época es quizá extremadamente común ver mujeres e inclusive niñas, embarazadas sin tener una familia propia. Madres que por miles de causas tienen a sus hijos fuera de un núcleo familiar. Y a estas alturas de mi vida, ya no lo critico, no creo que eso sea objeto de críticas. Solo digo que es extremadamente común y bien valdría la pena preguntarnos qué sucede para que esto sea una realidad.

Sabemos que un niño necesita una familia que lo proteja y lo ame, pues ese es su derecho fundamental.  También sabemos que muchas mujeres deciden tener hijos incluso sin tener una pareja porque simplemente desean hijos y no tienen un esposo. También sabemos que tristemente aún en pleno siglo 21, son muchísimas las mujeres que no se han cuidado correctamente y que tienen embarazos "por accidente". Esta  expresión no me gusta pero es una realidad también. Sabemos que peor aún, hay mujeres que simplemente son abandonadas durante su embarazo o crianza por parejas que no han sabido asumir la paternidad correctamente. Felizmente sabemos que hay mujeres que deciden sobre su maternidad, con o sin esposo y lo logran a bien... Como ven, sabemos muchas cosas...

Como quiera que sea - y aquí quiero darme el permiso de expresar mi opinión muy personal -  la maternidad es un don y un derecho innegable e inviolable. Incluso si se nos hace inaceptable, debe ser respetado. Porque una vida no nos puede ser indiferente.

También soy de las que cree que un hijo está mejor en un núcleo familiar estable, pero se, entiendo, comparto y de hecho vivencio, que no siempre es posible de esa manera. Y que el deseo de tener hijos es a veces más fuerte que cualquier otra cosa en esta vida.

embarazada 6 A veces es tan fuerte ese deseo, que nos enfocamos al cien por ciento y se nos olvida que por momentos, el mundo gira en otras direcciones. Simplemente queremos tener hijos, no queremos entender ni ver lo que otros piensan sino lo que nuestra mente y nuestro cuerpo nos está pidiendo a gritos.

Quise escribir esto porque al igual que lo siento yo, se que hay muchas personas que me leen y que han sentido también esto. Y solo quiero decir que no es nada del otro mundo, que no es nada anormal y que quizá suene egoísta pero no lo es.

La vida da muchos giros, cada vuelta que damos, nos agrega experiencia y astucia ante la vida, nos agrega conocimiento y cómo no, nos agrega miedos. Miedo a amar, miedo a fracasar, miedo a perder, miedo a ganar, miedo a triunfar, miedo a llorar. Pero también nos va enseñando a madurar y por ende a superar esos miedos... También nos enseña a lograr nuestras metas sin importar si son complejas o difíciles. Nos enseña que el mejor aliado es siempre nuestro poder de decisión.

Para toda mujer, la maternidad debería ser una decisión y no un accidente. Yo no creo de hecho en accidentes, creo en descuidos. Por eso he publicado tanto sobre la prevención de embarazos no deseados. Mas no había publicado sobre el gran poder de decisión que implica querer tener hijos y atreverse a ello. Y eso lo estoy empezando a escribir hoy.

Año nuevo, ideas nuevas, tendencias nuevas. De esto también se trata este blog que me acompaña y que acompaña a quienes lo leen.
Besos

Medianoche 2010!!!