Mucho se escribe sobre ese sentimiento tan complejo llamado amor. Pero pocas veces nos dedicamos - o atrevemos - a puntualizar y exponer lo que nos enamora de una persona. Y son tantos los detalles que van más allá de lo biológico y que nos llevan a amar a alguien, que me parece justo decirlo aquí en mi blog.
A una persona se le enamora no solo con palabras sino con hechos. Es decir, el amor que se basa solo en palabras, está destinado a perecer porque no tiene base real, está colocado sobre un suelo de espuma que se desvanecerá tarde o temprano. De allí que es importante pasar de palabras a hechos constantemente.
¿Qué enamora a una persona?
El cariño: Un ser que sepa querer, que sepa decir lo que está sintiendo, que sepa dar un beso en la frente, tomar una mano, dar un abrazo y buscar y dar un beso, es un ser que puede avanzar en la búsqueda de ese sentimiento. Sin cariño, todo carece de sentido. De nada sirve amar si no se da cariño. Sin cariño, el amor muere irremediablemente.
El respeto: Respeto tanto en privado como en público. El respeto implica no defraudar la confianza y la privacidad. Implica no solo respeto físico sino espiritual, emocional, sentimental. Implica dar y recibir la amistad no solo como pareja sino como compañeros y amigos.
La honestidad: Decir y demostrar lo que se es, no importa si no se es perfecto porque la verdadera perfección está en ver las imperfecciones del otro y no sentirnos defraudados. Si hay algo serio, es el punto de la honestidad, de la sinceridad. Hay gente que por conveniencia miente. Pero las mentiras son agua que por algún espacio de nuestras manos se escapa. A ninguna persona le gusta que le digan que le aman si no es cierto. Eso a la larga lastima tanto que difícilmente sobrevive una relación con la mentira a cuestas.
La fe y la esperanza: Porque sin fe no hay esperanzas y sin esperanza, no hay nada posible en el camino de una persona. La fe hace que una relación sea próspera pues siempre busca lo mejor para obtener lo mejor.
Detalles: Los detalles son parte importante. Un gesto, una llamada, un mensaje, un guiño, el recordar algo especial, decirlo... Los detalles alimentan el alma y realmente dan fuerza al hecho de esperar siempre lo especial.
La fidelidad: Ser fiel es tener el respeto y el sentimiento en cuenta. Una persona infiel, mancha irremediablemente la relación, dañándola de por vida, incluso si se le trata de perdonar, porque siembra la desconfianza. Y como dice el dicho, tarda toda una vida en fortalecerse la confianza y tan solo un segundo para destruirla.
El deseo: Porque el amor conlleva a él, haciéndolo la expresión de sus pasiones. No podemos pensar que tendremos un amor que no nos desea o que no nos genera deseo. Eso solo será un amor pasajero.
La amistad: El poder conversar, compartir, discernir. La verdadera amistad que se empeña en dar de si lo que realmente se tiene y que se permite recibir lo bueno de la vida y de la relación de pareja.
Diversión: No solo se trata de salir, se trata de jugar. Uno como adulto tiende a pensar que el juego ya no le es apropiado y nada más lejos de la verdad. Jugar implica risas que a la vez, mantienen viva la alegría en la relación. Juegos que van desde un simple comentario, hasta una odisea muy íntima en la que se pueden vivir situaciones muy bellas e intensas. Juegos incluso casi infantiles. No importa, lo importante es que la relación no deje de tener su lado divertido.
Todos los otros aspectos, vendrán en consecuencia a estos, porque si se logran, se estará al frente de una relación sana y estable, sólida pero sobre todo, cálida y plena
