jueves, 12 de noviembre de 2009

Fidelidad

infiel 2 La fidelidad, es en parte un gran regalo que nos hacemos nosotros mismos y que claramente hacemos a la persona que comparte nuestra vida como pareja. Pero además, es un punto de conciencia en el cual salvaguardamos la relación, la salud, la alegría y la estabilidad.

Ser fiel, es mucho más que un mero compromiso. Es lo que nos permite avanzar en una relación, sin temor a dañar o ser dañados con situaciones que lejos de emocionantes, se transforman en problemas que terminan hasta con los lazos que se suponían más sólidos.

Sin embargo, es normal y natural que nuestros ojos – y por qué no decirlo, nuestras fantasías - “jueguen” un rato persiguiendo a otras personas ajenas a nuestra relación de pareja. Dicen que los ojos se han hecho para ver y eso es cierto. Pero lo grandioso de una persona, está en saber diferenciar lo real de lo imaginario, el juego de la realidad que se vive en el día a día.

Un ser infiel ocasiona muchos sufrimientos mientras que uno fiel, se ahorra angustias y se las ahorra a su pareja.

Hace poco leí algo y quise colocarlo acá, porque realmente creo en ello:

“No se puede ser lo que no se es. No se puede dar lo que no se tiene. No se puede recibir lo que no se puede dar. Solo recibe lo bueno quien se esfuerza por ser bueno”.

Lo razoné un buen rato y me parece una gran verdad:

  • No se puede ser fiel o buena pareja, ni siquiera buen amante, cuando no se es buena persona.  Porque somos con los demás, lo que somos internamente y nos volvemos hacia los demás, según el sentimiento que nos inspiran.
  • No se puede dar amor cuando no tenemos ese sentimiento en nuestro corazón y en nuestra conciencia. Igualmente no podremos respetar a otros si no nos enseñaron a respetar y si no sentimos respeto hacia nosotros mismos.
  • No se puede recibir amor si no lo sabemos dar. De hecho, si se recibe y no somos recíprocos, a la final dejarán de darnos ese cariño, porque todos de una u otra manera, esperamos recibir lo mismo que damos.
  • Solo se recibe lo bueno cuando damos lo bueno. Cuando en cambio damos excusas, restos, desperdicios y sobras, terminamos recibiendo olvido y desamor. Porque en verdad todo ser humano se cansa de dar y no recibir…

Ser fiel no garantiza que la otra persona nos sea fiel también. Pero si garantiza que no tendremos que bajar la mirada avergonzados por un engaño de tan bajo actuar. Porque la fidelidad, no es más que uno de los tantos reflejos de la honestidad y del respeto que todos merecemos dar y recibir.

Bien cabe decir, que solo es fiel quien en su corazón alberga el respeto por los sentimientos ajenos.