¿Quién es (o qué es), una persona correcta?… De hecho, ¿a qué o quién, podemos catalogar de correcto?... No es tan sencillo como parece, eso de determinar cuán correcto se es, porque depende en gran parte de un juicio de valor y por ende, de patrones subjetivos que miden conductas y actitudes.
Sin embargo, se puede simplificar si tomamos en cuenta que para la gran mayoría de las personas, un ser o individuo correcto es aquel que procede conforme a lo que se espera de él; aquel que no infringe las reglas de borde (las que "NO DEBEN" infringirse).
En una relación de pareja (o de posible pareja) una persona correcta, es aquella que:
1.- Respeta el espacio privado de la otra persona. Esto es de suma importancia, porque si alguien pretende invadir nuestros espacios, la relación puede tomar dos rumbos, el primero es simplemente arruinarse y terminar y el otro, volverse una relación dependiente. El espacio ajeno es como una isla privada que incluye tiempo de cada uno (no es un tiempo de "nosotros" sino un tiempo "para mi" y de parte de la otra persona, un tiempo "para él /ella"). Hay muchas maneras de invadir este espacio y no solo es muy molesto sino que daña irremediablemente la relación. En esta situación, llegan celos (invadir espacio para no dejar tiempo en el que la otra persona pueda siquiera tener una amistad normal ya que creemos que en ese momento puede sernos infiel) o dedicar más atención a otra persona), chantajes emocionales (demostrar depresiones, molestias, ira y hasta desinterés por el hecho de que la otra persona tenga "vida propia"), peleas (si no funciona el chantaje emocional y la depresión, puede llegarse a la agresión sea verbal, emocional o física, todo ello con el fin de "hacer entender" a la otra persona, que el tiempo debe pertenecerle totalmente).
2.- Es cariñosa: El cariño hace que el amor florezca y que la confianza se desarrolle al natural. Nuestro cuerpo reacciona incluso de manera química ante demostraciones de cariño. Puede ser tan intenso como para hacer sentir mayor confianza, acrecentar el sentimiento de amistad entre la pareja, consolidar los sentimientos como el amor, sanar tensiones y emociones incluso si no están relacionadas a esa relación de pareja; generar deseo físico, establecer nuevos niveles en la relación, entre otros. El cariño, abre puertas sin importar cuán cerradas estaban...
3.- Respeta las condiciones de pareja, de amistad, de personas: Una persona que respeta, valora más a su pareja y a la relación misma. Respetar a alguien no garantiza que ese alguien sea recíproco pero si garantiza que no seremos nosotros el motivo de un problema relacionado a la falta de respeto. Respetar incluye aspectos como la discreción total (nada peor que una persona que comenta sus vivencias de pareja, por pequeñas o inocentes que sean, a terceros), el respeto a las normas (si se ha acordado hablar entonces hay que hacer todo lo posible para cumplirlo. Si se ha acordado ser fiel, hay que serlo o terminar la relación si se considera imposible evitar la infidelidad, etc.), respeto a la intimidad (la intimidad sea o no sexual, es la base de una pareja. Se considera privada y por nada debe ser vulnerada. Hay quienes llegan al bajo extremo de divulgar imágenes de sus parejas sin su consentimiento, hay quienes publican o expresan detalles de esa intimidad, hay quienes se burlan o minimizan el significado de la intimidad de su propia pareja. Todo ello, cuando se hace sin consentimiento real, expreso y directo de la pareja, corresponde a personas que no tienen una moral y una actitud positiva o estable y de hecho, linda con ciertos tipos de psicopatía.
4.- Es genuina: Una persona genuina es quien dice ser. Ni más ni menos. Compara lo que ves con lo que te comenta y sabrás si es o no genuina esa persona que ahora está a tu lado. Ser genuino, implica que queda vivo en nosotros esa parte infantil en el que somos lo que somos, más allá de lo que como adultos, se supone que seamos. Ser genuinos, se torna un arte de no temernos a nosotros mismos y aceptarnos con nuestras virtudes y con nuestros detalles (no defectos, eso en el ser humano, no existe)
5.- Es positiva y alegre: Una persona positiva, enfrenta la vida con una actitud ganadora. Siempre sabe que a pesar de las dificultades, la meta que se ha impuesto puede ser lograda. Y si, dije "puede", no dije "debe"... Porque la persona positiva actúa más allá de sus deberes, actúa por placer. Sus metas están más alienadas a la búsqueda de su paz interna y de su crecimiento espiritual... Una persona positiva, no se queja o lamenta de lo que ha vivido sino que aprende de esas experiencias y las usa a su favor. Un ser alegre, irradia alegrías, felicidad, luz propia. No se deprime y por ende no pierde el tiempo esperando que las cosas sean mejores, sino que aprovecha todo en la vida y lo asume como parte de lo que es vivir. Aprende de lo que vive y continua su camino. Nada tan hermoso, seductor y atractivo, como una sonrisa. La alegría es capaz de derribar los muros emocionales más gruesos. Además, la alegría atrae lo bueno como si fuese un imán. Y es que en general, a las personas alegres siempre les va mejor en la vida.
6.- Está a la altura de nuestras aspiraciones: Dicen que amor con hambre no dura y eso, es verdad. Una pareja debe estar a la altura emocional, espiritual, económica, cultural y laboral. La carencia de estos elementos, generan "hambre" de tales cualidades. No se trata de buscar a un multimillonario, sino de buscar a una persona estable que no signifique una carga económica para nosotros... No se trata de buscar al ser más culto sino a la persona que tenga temas de conversación afines con nosotros. Y este punto es muy importante porque a cierta edad, cuando ya no haya sexo ni salidas extensas, la conversación será una herramienta indispensable...
7.- No es agresiva: Creo que de todos, este punto es uno de los principales. De nada sirve ser perfecto en todo lo demás, si se es violento. Y aquí entra la observación en juego. La forma en la cual la persona reacciona ante las situaciones tensas o desagradables, lo que dice, el cómo se contrae cuando algo le desagrada, la capacidad de manejar (no de soportar) cualquier dificultad, el manejo que da a sus emociones primarias... ¿da puños a una mesa?, ¿lanza una puerta? ¿grita o comienza a alzar la voz?, ¿hay exceso de cambios en el control de la voz, aunque no grite?, ¿se contraen los músculos de la cara cuando está molesto?, ¿se enrojece o suda en exceso ante una diferencia de opiniones?, ¿hay un desvío constante sea en contexto, mirada o gestos cuando se conversa algo que le desagrada?, cabe comentar que aunque la persona sepa que le estamos observando y trate entonces de fingir, estas actitudes son tan poderosas, que en cualquier momento se dejarán notar... por ello, no nos afanemos en buscar, ellas se mostrarán solas. Simplemente no seamos ciegos, una persona violenta, es una persona peligrosa.
8.- Sabe amar y ser amada: Una persona que sabe amar, brinda todo lo necesario para que la relación fluya en positivo pero además se deja amar sin excusa, sabe recibir el amor y lo anida en su corazón y en su mente. Una persona que ama, siempre recibe amor porque ese sentimiento, como cualquier otro, atrae para si lo que le es afín.
