lunes, 27 de enero de 2014

Shoah.. perdón…paz…

 

flor negra y flor blanca

Hoy 27 de enero se ha conmemorado otro año más desde que el holocausto se pudo considerar lo que realmente fue: Una tragedia para toda la humanidad.

Ya no se trata de ser judío sino de ser humano. Pero este año, no quiero hablar del holocausto que concebimos ni de la guerra que lo hizo presente. Sino de esas cosas que hacemos y dejamos de hacer que de una u otra manera nos hacen entrar en conflictio con nuestra naturaleza humana. Porque a la final de eso se trata también y de hecho según yo, es el motivo de las guerras y de lo que ellas traen.

Creo que una de las cosas que como seres hunanos tendemos a hacer, es apartar el corazón de las cosas que le son asignadas: El amor, la tolerancia,  la compasión, la solidaridad, el compañerismo, la fidelidad y ciertamente la honestidad.

Cuando en un corazón alguno de esos elementos está turbio o ausente, nos alejamos del camino de paz y entramos en una guerra interna que puede llegar al odio. Y que fácil puede ser odiar cuando nos sentimos vacíos.

Si, muy fácil. Se odia cuando no se ama. Se odia cuando no somos solidarios. Se odia cuando vemos en el otro ser solo el reflejo de nuestras más bajas emociones....

Y que difícil puede ser perdonar y perdonarnos. Pero este año me pregunto ¿y si no podemos perdonar? ¿y si no podemos simplemente aceptar que cada quien es como es? ¿y si no podemos tolerar? ¿y si traicionamos la confianza que nos dan?

En serio, es muy fácil odiar pero muy difícil perdonar. Sin embargo, quien no pueda perdonar algo, está destinado a sufrir mucho.

Perdonar no es poner la otra mejilla ni seguir el mismo paso, ni siquiera es volver a entablar relaciones amistosas con alguien que nos ha lastimado. Perdonar es simplemente ver al otro y aceptar que esa no era nuestra verdadera opción; y sin desearle mal, continuar nuestro camino

Lo contrario, nos hace cometer actos muy bajos. Y de eso se trata esto, de entender que el corazón vacío, el ser que no puede amar, tiende a hacer el mal de muchas maneras

Cabe preguntarse si acaso los nazis sentían amor real... no lo creo. Quien ama no destruye, no asesina, no lastima y no odia. El amor no deja espacio para esas cosas tan miserables.

Si queremos que la paz prevalezca, hay que amarse y amar a otros sin reserva, incluso si mil veces nos han lastimado. Porque odiar no es ni será una opción de paz.

Siempre me preguntan por qué los judíos no dejamos de conmemorar estas fechas y por qué le damos tanta importancia. Me han preguntado si es que acaso es resentimiento... La respuesta es más simple: Si lo olvidas, corres el riesgo de no evitar que vuelva a suceder....No se trata de no perdonar sino de saber que lastimosamente, esas cosas pueden de nuevo suceder.

Y a sabiendas de que los más ortodoxos podrían decir que hablo de perdonar atrocidades, pues aclaro que no, no se trata de perdonar el acto pero si de liberar el alma. Y eso solo llega al sentir perdón genuino

Shalom. Que Hashem nos permita perdonarnos primero a nosotros por no ser lo que debimos ser. Y que nos permita perdonar a otros por no ser ellos quienes debieron ser... Que nos ilumine el camino eternamente y nos permita una vida sin dolor, sin guerras y sin nuevos holocaustos.