De Robin Sharma, el autor de "El Monje que vendió su Ferrari", he leído "¿quién te llorará cuando mueras". Me gusta como escribe. De todo el libro que me he leído tan rápido, hay un capítulo que me gusta y que contiene algo de lo que ya he sabido antes: Uno debe convertirse en un imitador.
El principio es sencillo: Observar de otros lo que nos gusta e imitarlo de tal manera que por repetición y perfeccionamiento, llegue un momento en el cual nuestro subconsciente asuma que realmente esa condición es nuestra. Así, si nos gusta lo que hace una persona, la imitamos hasta que lo hagamos por real interiorización.
Yo desde hace años tengo una amiga a quien no solo quiero mucho sino que además admiro. Ella hasta en los peores momentos tiene algún comentario que afloja tensiones y hace reír a carcajadas. Una persona llena de vida, alegre y sobre todo, optimista, que asume riesgos controlando sus impulsos solo lo requerido como para no hacer cosas que traigan problemas. Ella es una persona bondadosa, buena por naturaleza, linda de alma. En fin, un ser digno de admiración. Y si había algo en ella que yo quería para mi, era esa capacidad natural, jocosa, medio sarcástica y alocada de reírse hasta de si misma.
Por eso la empecé a imitar. Hasta frente al espejo asumía sus actitudes y lo mejor es que la llamaba y se lo contaba y ella se reía y me decía que para parecer, debía hacer. Y yo seguía haciendo. Todavía hoy día cuando las cosas se ponen complejas, me sale el humor que con ella aprendí. Ya es parte de mi, ya no es una imitación. No es que siempre esté riendo pero al final del día le tengo que poner humor a las cosas para que se relajen y fluyan. Si no lo hago, no soy yo.
Alguien me dijo una vez que eso es robarse imágenes ajenas de la vida. me declaro culpable de ello, pero no dejaré de imitar lo que deseo para mi hasta hacerlo parte de mi. ¿Mis lectores tienen acaso a alguien cercano a quien imitar? Espero que si. Siempre hay un mentor o un modelo que seguir !!!
