Todas las mujeres ansiamos un cabello especial, brilloso, fuerte y suave. Pero no lo solemos cuidar como para obtenerlo. Nos lo hemos pintado, maltratado por años con secadores y planchas, malos cortes y pésimos productos. Pero es hora de cambiar todo esto y lograr un cabello envidiable.
Lo primero, es dejar de comprar productos de mala calidad o de componentes poco amigables. Lo ideal es no comprar productos híper comerciales (como los que hay en farmacias y automercados). Hay tiendas que se especializan en productos de alta calidad para el cabello. Allí, podemos conseguir champús sin sal, proteicos y con Pantenol (lo ideal, es un champú que tenga esas tres características como mínimo). No se recomiendan los champús con efecto GOLD (abrillantadores con partículas sólidas) porque pueden dañar la cutícula del cabello.
Una vez que tengamos el champú y enjuague de la marca seleccionada, vertemos el champú en un pote de plástico de boca ancha. Agregamos trozos grandes de cebolla morada sin la piel externa (para ello, pelamos la cebolla y la picamos en 4 trozos) y el cristal de zábila de 1 penca grande adulta (para ello lavamos la penca u hoja de la zábila y retiramos el orillo que tiene las puntas dentadas a ambos lados; abrimos retirando lo verde y tomamos solo lo cristalino, lavamos para retirar el yodo y troceamos en partes grandes). Luego que tenemos todo en el pote, con una cuchara de plástico o madera mezclamos sin batir. Es posible dejar el pote sin tapa para evitar que se acumule el olor pero cabe decir que al enjuagar el cabello, NO habrá olor a cebolla en el mismo.
Con esa mezcla nos lavaremos el cabello cada vez que sea necesario, pudiendo aplicar una o dos veces el champú en cada lavada, procurando lavar bien el cuero cabelludo pero con las yemas de los dedos, nunca con las uñas y enjuagando muy bien con agua al natural. Luego aplicamos el enjuague sin tocar las raíces ni cuero cabelludo. Enjuagamos muy bien para no dejar residuos. Secamos con toalla suave y limpia y peinamos primero con peine de dientes grandes y separados y luego con peine fino para desenredar nunca halando el cabello.
Una vez por semana (por ejemplo, un sábado en la noche) con el cabello sin lavar, aplicaremos una mascarilla que haremos mezclando lo siguiente; pero previamente debemos desenredar el cabello y peinar suavemente sin humedecer:
Mascarilla restauradora
Ingredientes
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1/4 taza de agua de avena y afrecho (para prepararla: Remojar en 1/2 taza de agua natural 2 cucharadas de avena y 1 de afrecho de trigo al menos durante 2 horas aunque preferiblemente toda una noche y colar con tela o gaza para obtener solo el agua)
- 1 cucharada de aceite de oliva extra virgen
- 1 huevo batido
- 1 cucharada de aguacate en puré sin ningún aditivo ni agua
- El contenido de 1 cápsula blanda de vitamina E
- El contenido de 1 cápsula blanda de vitamina C
Preparación: Verter en un pote plástico, de vidrio o arcilla el agua de avena y afrecho, mezclar bien con el aceite, el huevo batido y el aguacate (se puede licuar todo junto). Cuando esté muy mezclado (no antes para evitar la oxidación), abrir las cápsulas blandas de vitaminas E y C y terminar de mezclar muy bien en forma homogénea. 
Procedimiento: Aplicar empezando por el cuero cabelludo con las yemas de los dedos y masajear suavemente, ir aplicando al resto del cabello. Peinar suavemente y dejar actuar al menos 1 hora. Para evitar que caiga en la ropa o cuerpo, puedes usar un gorro o pañoleta de tela suave, o gorros hospitalarios. Se recomienda ampliamente dar masaje en el cuero cabelludo con las yemas de los dedos al menos 5 minutos, en forma circular y suave. Esto relaja, mejora los problemas de caía de cabello y ayuda a mejorar la circulación.
Lavar el cabello con el champú que hemos preparado y enjuagar muy bien, aplicar el acondicionador y nuevamente enjuagar con abundante agua, secar al natural o con secador sin quemar el cabello.
