Siempre que hablo de mi y me describo, menciono mi edad porque para mi, se ha vuelto un “Activo” el cúmulo de experiencias (buenas y no tan buenas) que he acumulado año tras año. Además, me gusta y mucho cumplir años; quizá por el hecho de que se reavivan las emociones al lado de mis seres queridos.
La edad es algo innegable desde muchos puntos de vista: No es solo la experiencia sino los cambios que experimentamos física, emocional, espiritual, psicológica, filosófica y hasta socialmente.
Cada año que pasa, nos modifica la forma de ver la vida y nos da la idea de que también ha cambiado la velocidad que nace día tras día en cada una de esas vivencias (“el tiempo ahora pasa más rápido”… ¿nunca lo has pensado?…). Cambian nuestras actitudes, empezamos a valorar cosas más profundas y al fin dejamos atrás aquellas que ahora nos parecen casi innecesarias en nuestro andar… En mucho, dejamos de ser guiados y nos convertimos en la guía.
Uno debe aprender a asumir su edad. Me canso de ver mujeres que se hacen operaciones solo para verse más jóvenes pero siguen con la mirada apagada esperando que algo suceda y que las llene de alegrías, sin darse cuenta que la alegría es consecuencia de las actitudes con las cuales asumimos la vida.
Igual sucede que escuchamos personas decir cosas como “Ahora que soy viejo…”, “Ya no me queda tanto” o “Desperdicié mi vida y ahora…” y similares.
¿Por qué asociamos la vejez con las desgracias, la soledad y las tristezas? La vejez debe ser asumida como una etapa más de nuestra existencia, como parte del ciclo del cual somos una partícula más. Y si lo sabemos vivir (si lo sabemos corregir asumiendo el reto de empezar a hacer lo que debemos hacer y que hayamos postergado, ya sin importar las razones), entonces esa vejez simplemente se convierte en madurez y crecimiento.
No veamos los años como un castigo, porque esa visión anula la belleza que nace de acumular vivencias. Entendamos que un año más de vida, es un año en el cual acumulamos por aprendizaje, nuevas herramientas para hacer nuestra existencia mucho mejor.
Debemos saber que podemos garantizarnos una mejor calidad de vida para lo que llamamos “la tercera edad”. Lo más importante es asegurar nuestra salud. Vale decir que la toma diaria de vitaminas, es punto importante. Asistir anualmente al chequeo médico, que incluya cardiología, el descarte de la osteoporosis, las anemias, el colesterol y triglicéridos, así como el examen ginecológico o urológico, entre otros.
Una buena alimentación, balanceada y adaptada a nuestras verdaderas necesidades fisiológicas, distracción (bailar, salir, ir al cine, leer, ir a una playa), cariño en abundancia (sea de pareja, amistades, familia, mascotas: Simplemente rodéese de cariño!!!), ejercicios tanto físicos como mentales (hora de caminar, nuevamente bailar, nadar, hacer crucigramas, sudoku y similares), jugar (¿desde cuándo no juegas con tu pareja, familiares o amigos 
aunque sea a las cartas?), reírse (¿teatro de comedia? ¿chistes?), tener sexo (¿desde cuándo la pareja es de adorno? a la pareja le gusta y a nosotros nos gusta, ¿qué nos impide entonces seguir entregando esa pasión? El sexo no es solo una penetración, es todo el juego íntimo de la pareja. No debemos descuidar ese aspecto tan importante): Todas estas cosas, hacen que nos sintamos mejor con nosotros mismos y que por ende reaccionemos mejor ante las circunstancias que se nos presentan.
Creo que a casi todos nos ha pasado alguna vez que no lo deseamos, no queremos cumplir años. Para mi como mujer, creo que fue a los 25!!! pero como no podemos dejar de cumplir años, tenemos que aprender a aceptar que es parte de nuestra naturaleza animal y que es hermoso una vez que entendemos lo que realmente significa.
Por eso, en tu próximo cumpleaños, arréglate, sal, diviértete y felicítate. Acepta de buena gana las felicitaciones de los demás. Celebra con entusiasmo el hecho de que naciste hace unos años y que has sido partícipe de muchas cosas… Y dale gracias al Creador, porque tienes aún cosas por vivir. Que sean buenas, dependerá de ti!!!
