Hoy inicia Yom Kippur, día del perdón. Cada año que pasa escribo sobre este día porque lo creo muy íntimo. El perdón, es la manera más hermosa, sentida y verdadera de liberación y de amor hacia uno mismo porque nos hace reflexionar sobre la importancia y el poder sanador que implica el hecho de eliminar el dolor, la rabia, la impotencia y el desamor de nuestros corazones.
Cuando oramos, solemos recitar de memoria, inflexiva e irreflexivamente el "Padre Nuestro" ... "...perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden..."... Menos mal que eso no siempre se cumple... ¿porque qué tanto hemos perdonado a quienes nos hayan ofendido o fallado?... No... yo solo digo "perdona nuestras ofensas como nosotros debemos perdonar a quienes nos ofenden..."´
El perdón implica muchas veces reconocer que hemos hecho o sentido cosas que van en contra de nuestro verdadero "deber ser" y en contra de nuestra conciencia. Nos obliga a hacernos responsables de nuestros actos y de nuestras emociones.. Nos lleva a reconciliarnos con la esencia de la humildad porque se trata de perdonarnos, de pedir el perdón (y ganarlo) de quienes hemos ofendido y luego, solo luego, pedir y lograr el perdón de nuestro Padre Supremo.
También implica aceptar que los demás no son perfectos y que con o sin intención, nos pueden herir y aún así, perdonarlos desde el corazón y no desde la boca o el pensamiento. Perdonar a veces cuesta porque hay que despojarse del orgullo y del miedo, pero es muy gratificante y tranquilizador.
Mi amiga Indi me dio un consejo mágico: "Hay que respirarse a quienes debemos perdonar, alojándolos luego en el corazón". Es verdad y desde que lo hago, surte el efecto increíble de nutrirme. Imagino entonces a esa persona, a mi, la situación. Respiro profundo y visualizo lo bueno y puro de ello y a medida que respiro, le "absorbo y coloco" suavemente en mi corazón, rodeándole de mucha Luz y protección. Y no negaré que a veces me ha costado, total que uno es demasiado humano... Pero lo sigo intentando hasta que mi mente y mi alma así lo aceptan.
Hay una regla muy básica que nos indica que para ser perdonados, debemos lograr el perdón del ofendido. D-os perdona las cosas de D-s... y el hombre perdona las cosas del hombre.
Yom Kippur es un día en el que uno debe hacer su autoevaluación y presentarse ante D-os, emocionalmente desnudo, totalmente abierto al juicio de las acciones. Aceptando las obras que se han hecho, sin ocultar y pedir el perdón de D-os, pero para hacerlo, se supone que has ya hecho tu parte ante el hombre...
Yom Kippur no es un día, es un estado, es una forma de vida, es una condición. No se trata de religión sino de la moral más esencial. Por eso, espero que nuestro Yom Kippur, sea íntegro, sincero y fructífero. Que en él, se viva todo el significado del sincero Shalom
Shalom….