sábado, 7 de abril de 2012

Vaya aprendizaje para mi…

rosa triste

Una amiga me comentó sobre una percance en el cual, hace años y en medio de mucha rabia y dolor, le dijo a una persona que es judía, que ahora entendía por qué hitler (si, yo a propósito lo escribo con "h" minúscula) había asesinado a los judíos. Si bien es cierto que ese percance hacía años que había sucedido, mi amiga lo contaba y sus emociones estaban al rojo vivo. También comentó que a la final, los judíos no habían hecho nada para evitarlo. Esa persona a quien ella le había dicho esto, a los años la perdonó y ella no supo asumirlo, de hecho, cree realmente que no ha sido perdón sino algún interés producto de una incierta soledad. Comentó otro tanto de cosas pero mi mente se había quedado estacionada en estos dos puntos.

Entonces recordé que de pequeña le pregunté a mi padre y a mi abuelo por qué durante el holocausto, los judíos en su mayoría, no se habían resistido lo suficiente, por qué no habían luchado más, por qué no habían hecho nada de lo que "yo hubiese hecho en su lugar"... Se había asesinado a millones de seres humanos por las ideas de un demente acompañado de otros similares. Y yo no lo entendía. No podía entender lo que veía en fotos de aquellas caras de los niños asesinados por los nazis. Los muertos vivientes que sobrevivieron en los campos de concentración... los trenes copados de despojos de vida que alguna vez fueron felices personas. No pude comprender aquellas esqueléticas figuras con sus ojos hundidos viendo hacia la nada y esperando quizá morir para cesar aquel dolor.

La respuesta de mi padre - nada sencilla -  se resume en que por una parte, si bien es cierto que si hubo resistencia, la fuerza se impone con la violencia y ésto fue característico del nazismo. Eso da la sensación de que la gente no se resistía. Pero la verdad, es que la magnitud del holocausto opacó todo esfuerzo por contrarrestarlo.

Pero más allá de la violencia y de cierta - y macabra -  condescendencia reinante en la época (no voy a analizar la causa aquí), la verdad es que nadie nace preparado para enfrentar un genocidio, una violencia desmedida y tampoco para enfrentar la locura desatada. No nacemos preparados para ver cómo nos arrebatan la vida y el tiempo asignado... No nacemos preparados para soportar que haya una crítica y menos que ésta vaya en contra de nuestros ideales... No nacemos preparados para que se nos quite la comodidad, la decencia, el humanismo y hasta las ideas. Esos son cambios de alto impacto... Y tampoco nacemos preparados para manejarlos.

Vaya aprendizaje para mi... Aprendí que eso de "yo hubiese hecho en su lugar", no existe, porque hay que estar en los zapatos del otro para actuar. Aprendí que no soy quien para juzgar y menos sobre lo que no he vivido o lo que he vivido en formas diferentes. Aprendí que las cruces o cargas que uno lleva no son nada en comparación a las que otros llevan sobre si... Y aprendí, como judía que soy, que la vida es más que creerse suficiente y poderoso. Que la vida, es mucho más que lo que otros nos pueden arrebatar.

Por eso y mucho más, toca decir que siento mucho que mi amiga aún no haya aprendido esto. Porque el perdón pacifica y el auto perdón, libera...

Shalom.


PD… la respuesta de mi abuelo la llevaré por siempre en mi mente: “ojalá nunca tengas que entender la respuesta a esa pregunta, porque si la logras comprender … significará que lo estás viviendo”….